Escuchando la canción de If I Were a Boy de Beyonce, reflexioné en lo que haríamos las mujeres si por un segundo, tuviéramos la oportunidad de estar en los zapatos de un hombre, en primer lugar quiero decir abiertamente que a mi me encantaría, quizás sea porque dentro de mi reposa un hombre interno que le encanta tener cuerpo de mujer, es decir, si de definirme se trata, tengo un 50% de alma femenina, pero el 50% restante tiene emociones muy masculinas, pero tranquilos sigo siendo demasiado mujer.
En todo caso, para seguir con nuestra suposición debemos tener en cuenta el tipo de mujer que representamos en la sociedad, porque si afirmamos que no todos los hombres son iguales, pues de la misma forma, las mujeres tampoco lo somos.
Veamos, Si usted amiga Blogguera es la mujer "rosa" que adora le abran la puerta del carro, le den la mano al bajarse del auto, le lleguen siempre con chocolates, rosas, esquelas y demás detalles que "enamoran", pues es obvio que si usted fuera hombre, jamás sería "infiel", viviría por y para su pareja, casi que le pondría una alfombra mágica para que su amor no tuviera ni que cruzar las calles, en ese caso, debo decirle con el mayor respeto que usted no busca un hombre en todo el sentido de la palabra, usted lo que quiere es casi un esclavo que esté a su disposición, yo me quedo con el "macho" que me deja salir del carro por mi misma, ese que en vez de una rosa me ofrece una gran noche de sexo.
Ahora que si usted Amiga Blogguera es la mujer que ama al macho cabrío, a la que le molesta que la presenten en su casa como la novia, que le aterra el compromiso, que prefiere una noche a solas a compartir con los amigos del susodicho, si se inclina más por el plan arrunchis que por la rumba, debo decirle que usted quiere un hombre como la mayoría, claro está que no lo va a encontrar en algún bar, ese llega sólo con el tiempo y en escenarios que usted ni imaginaría.
Amiga Blogguera si lo que usted busca es una mezcla, de 70% macho cabrío y 30% ternura, debo decirle que estamos casi "jodidas" porque como seres humanos que somos, no hallamos este tipo de equilibrios, pero como se trata de no perder la esperanza, entonces debo decirle que no se conforme, porque siempre estos escasos personajes aparecen, lo malo, es que lo hacen muy de cuando en vez, ahora que si se trata de elegir, la verdad me quedo con el macho cabrío.
La razón específica para preferir al "macho cabrío", es porque adoro al hombre que me dice cuánto me desea y cómo quiere hacerme el amor, no al que jura amor eterno, regala rosas y chocolates para sólo tener una noche de sexo más y después salir volando, por eso amigo hombre blogguero que me lee, adoro al macho que sabe de sus necesidades, de las mías y halla el conjunto perfecto entre su sexualidad y la mía, de ese sí que me enamoro.
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