Cuando empezamos una relación estable con alguien, muchas veces lo único que queremos es encontrar estabilidad, compartir momentos familiares y personales, que nos alejen de la soltería y nos ubiquen en el selecto círculo de las personas con pareja, y socialmente mejor aceptadas, pero en casos más particulares y específicos, como es mi caso, lo que buscamos es sentar cabeza y coger juicio.
Sin embargo, no siempre se logra, porque inexplicablemente cuando estamos en plan serio con alguien, aparecen personajes más apuestos, más caballeros, más detallistas, en fin, es como si el destino se propusiera hacernos replantear la relación que tenemos o nos pusiera una prueba de fidelidad, que generalmente siempre se pierde.
Pero el asunto se complica, si se trata del resurgimiento de algún ex, porque eso parece una enfermedad incurable, una carga que ni con el tiempo se deja de llevar, y es que pareciera que todos los ex novios o ex amantes se proponen reaparecer en el momento en que uno está mejor con su "pareja" y ahí empieza el calvario.
Un estudio inglés que vi publicado en el Diario El Tiempo, me hizo plantearme el siguiente interrogante: ¿Podemos amar a dos personas?, no es fácil de responder, y no es mi interés hacerlo, pero si exponer una serie de situaciones que de no ser bien manejadas nos pueden poner entre la espada y la pared. En primer lugar, debemos tener presente que si empezamos una relación pensando en alguien más, es mejor dar media vuelta, porque reconozcamos que las mujeres no somos las más expertas en sacarnos un clavo con otro.
Otro de los casos más comunes es que nos acostumbramos y aprendemos a querer los defectos de nuestra pareja, siempre y cuando no aparezca un susodicho con todas las cualidades que precisamente añoramos tuviera el novio actual, pero como eso no se da, empezamos a vivir una historia casi de corin tellado, donde sentimos que amamos al amante y al oficial, y mujeres siendo sinceras a veces llegamos a apegarnos más al "mozo" que al novio.
Ahora si hablamos de matrimonio, es complicado entender cómo estando casadas, y totalmente "enamoradas", todavía sentimos miles de mariposas en el estómago, por ese personaje del pasado, o aquel susodicho que conocimos y literal "nos dejo como estúpidas", sin tener la capacidad de medir las consecuencias de dar un paso más.
Soluciones al decir verdad no hay muchas, no estamos exentas a conocer "el amor perfecto" después de tener un anillo en la mano, y mucho menos de amar a dos personas a la vez, la explicación es sencilla: Del oficial amamos su estabilidad, el camino que hemos recorrido a su lado y sus defectos, del otro adoramos cómo nos trata y la novedad de sentirnos vivas con otro tipo de experiencias (no solo sexuales), pero es bueno tener presente que no siempre el NOVIO es el amor de la vida, todo puede cambiar.
El infierno se puede manejar, sólo si se tiene en cuenta que a veces los sentimientos le ganan a la razón, y cuando ésta se pierde, todo lo construido o lo que suponemos significa estabilidad, se puede ir al abismo en un abrir y cerrar de ojos, pero también es necesario ser conscientes que a veces asumir riesgos nos lleva a otros escenarios positivos.
Amiga Blogguera, si por lo contrario, usted siente que no puede dejar a la persona con la que está, pero sabe que ama a su amante o al reflejo de su pasado, apréndalo a manejar porque cuando estamos enamoradas JAMÁS sabemos mentir.
todas tus lectoras son bloggeras?
ResponderEliminarcreo que no, creo que no deberías llamarlas así. Yo soy blogger, pero no se si todas las que te lean!! beso