El dicho de que "el hombre propone y la mujer dispone", aunque suene machista y hasta de mal gusto, es real, y aplica para todos los estratos, contextos y escenarios. Es simple, en una relación siempre se tratan de fusionar dos mundos, con sus mañas, defectos, cualidades y vicios, sin embargo, en esta fusión el hombre mide el carácter de la mujer, ya que es éste, él que le permite saber hasta dónde podrá llegar en la nueva relación que emprenda.
Es decir, si la mujer es débil, fácil de manipular y representa el estilo perfecto para ser "cachoneada", el hombre sabrá que por más mentiras, engaños y cachos, siempre estará ahí; a la final, aunque suene increíble, algunos hombres buscan la mujer sumisa y no la de "armas tomar".
Pero si ellos descubren que la nueva adquisición es de carácter, impredecible y hasta capaz de dejarlos al menor intento de infidelidad, la piensan bien antes de "cagarla", no quiere decir que no sean infieles, pero al menos no son evidentes, y a la final "ojos que no ven corazón que no siente".
Sin embargo, aún en plena liberación femenina abundan más las sumisas, que las de armas tomar, aquellas que aceptan lo que sea, con tal de no estar solas, pero por favor no olviden que una cosa es amar, necesitar y extrañar, y otra muy distinta, es ponerse de tapete para que pasen por encima de uno, o permitirles el harem completo todo por no perderlos. Aunque muchas pensarán que ¿cuál es el problema?, si a la final la oficial es la que importa, a lo cual les respondo que entonces, espero tengan una buena lima o lijadora para que limen todos los cachos que les pondrán, además no olviden esta mágica ley: "quien es no deja de ser".
Pero definitivamente, mayor indignación me generan las mujeres que aseguran tener un carácter infinitamente fuerte y tratan mal a cuánto hombre se les cruza por el camino, pero que al conocer a cualquier petardo, presas de la soledad, empiezan a salir con personajes que sólo reúnen dos características por excelencia: Celosos y Agresivos.
Estas mujeres permiten gritos, shows, escenas de celos deplorables, jalones y golpes, todo por una sola razón: "Lo amo y el jamás me volvería a tocar"....Queridas amigas blogueras, si usted está en este amplío grupo, permítame decirle lo siguiente: Del grito al golpe, del moretón al sangrado sólo hay un paso, y si usted cree que eso es amor, el loco no es el, es usted, así que evalúese primero a sí misma.
No se trata de ser mala clase, histéricas y de no querer a nadie, estamos hablando de aprender a amar de verdad, sin sumisión, pero sin orgullo desmedido, sin gritos pero con la fuerza de la comunicación, del diálogo, cuándo algo no nos guste y sobre todo de hacer respetar el género, para ver si algún día los hombres dejan de creer que somos las perfectas idiotas de un paseo en él que por más que intentemos seguimos siendo "las perfectas Marías del Barrio...Huevo....digo sumisas y amas de casa sin descanso.
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