He pasado varios años escuchando la siguiente frase: "Papá es cualquiera" y entiendo que las mamás tienen la gran función de dar vida y los lazos entre madre e hija en la mayoría de casos son irrompibles, pero en realidad ese desprecio hacía la función masculina en la crianza de un hijo me molesta bastante.
No lo escribo porque crea que las mujeres son incapaces de criar a sus hijos, por supuesto que tienen toda la fuerza para hacerlo, pero no nos digamos mentiras no tenemos como plan ser madres solteras, otra cosa es que las circunstancias nos lleven a sacar nuestra fortaleza y asumir esta situación.
Me exaspera, que se generalice la función del hombre en el proceso de la crianza, porque para mi, un verdadero papá no puede ser cualquier persona, una cosa es quien aporta su condición biológica para el nacimiento, pero otra aquel ser humano que te cambia los pañales, que rie y celebra cuando aprendes a caminar, quien aprende a jugar muñecas o carros para verte sonreír.
Ese para mi ha sido mi padre, un hombre que con su caballerosidad me ha enseñado que la vida es una mezcla de lealtad, honestidad y firmeza, que una relación está basada en la confianza y que cuando alguien le falla a uno es hora de revaluar qué tan importante era uno para esa persona.
Jamás olvidaré que mi padre llegaba todas las noches, cansado de trabajar, a jugar lotería conmigo, parecía incansable y luego con toda la paciencia del mundo me contaba historias hasta verme dormida.
Siempre le he tenido fobia a los insectos, a cualquiera, no importa si es una cucaracha o una abeja, me paralizaba y lloraba sin parar, pero recuerdo que mi padre jamás se cansó de abrazarme cuando estos temores llegaban a mi, hoy en día, intenta calmarme cuando me vienen estos ataques de miedo y debo reconocer que son bastantes, además solo él tiene la capacidad de hacer que venga a mi la paz.
Y la verdad, ni para que hablar de aquella canción que me cantó a los quince años en un restaurante del barrio El Restrepo: 'Mi niña bonita', se aguaron sus ojos en una frase que me quedó grabada para siempre: "Si un día se casa mi niña vestida de blanco armiño, recordaré que soñaba con que al nacer fuera un niño, por eso rezo y le pido al señor de gran poder que el hombre que se la lleve la sepa siempre querer".
Soy hija única y ha vivido conmigo dos 'tusas', pero en especial tuvo que soportar una en la que me vio totalmente derrumbada, sin dormir, borracha en algunas ocasiones, llorando en sus piernas como cuando era niña y jamás tuvo recriminaciones hacía mi, solo me repetía: "Esto también pasará".
Hoy, a mis 27 años de edad, recordando todo aquello que hemos compartido, creo tener los suficientes argumentos para expresar porque ha sido él mi súper héroe desde niña y definitivamente porque sigo pensando que padre NO es cualquiera.
O quizás el mejor ejemplo sea que cuando estaba yo en el hospital por una enfermedad que me acompaña, jamás dejo de estar conmigo, me tomaba la mano, me bañaba cuando debía hacerlo, me acompañaba y cuando todo parecía estar oscuro, el sacó toda su fuerza y me levantó del suelo en el que estaba.
Y si esto no es suficiente argumento, mi madre me cuenta que cuando ella estaba embarazada y yo me ponía cansona, negándome a dejarla dormir, mi papá ponía su mano en la barriga de mi mamá, pidiéndome que la dejara descansar para poder ir a trabajar e inmediatamente yo dejaba de moverme. En conclusión: ¡Padre NO es cualquiera!
Definitivamente estoy de acuerdo contigo, papá es una persona demasiado importante, lo que sucede es que hay muchas mamás que tuvieron que asumir ese papel por circunstancias de la vida, pero los que tenemos la fortuna de contar con el apoyo y compañía de un padre podemos asegurar que es el complemento perfecto... es lo que la madre en su momento no puede....por algo Dios los tuvo en cuenta a ambos para conformar una familia.
ResponderEliminar