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Muchas veces cuando alguien nos pone los cachos la primera reacción es sentirnos culpables, por ende la primera reacción es escondernos, agachar la cabeza y hasta en algunas ocasiones intentar justificar las razones que tuvo determinado personaje para llevar a cabo su infidelidad. Nos repetimos constantemente lo siguiente (en algunos casos): "Es mi culpa, yo lo alejé", "No le pude dar lo que buscaba", "Es que yo jodía mucho" o "Tal vez ella le da mejores cosas yo", entre otro círculo de frases, que lo único que hacen es avalar la infidelidad. Porque si bien es cierto, que como pareja se pueden cometer errores, nada justifica la deslealtad, ese cuento rebuscado de: "Ella me llevo a que me buscara otra", es tan patético como las mismas mujeres que después de recibir un golpe físico o emocional dicen: "El no es malo, solo quiere que yo sea mejor, para merecer su amor". Por favor no nos engañemos...
"Amor, sexo, cotidianidad, relaciones, hombres y mujeres son el epicentro de cualquier mundo, un universo que en su interior requiere de una mirada distinta a eso que llamamos emociones, y una visión alternativa a las palabras que quieren salir pero el miedo las limita"