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"Tenemos que hablar": Palabras que solo traen a nuestra mente la imagen de una nueva tusa y todo lo que ella conlleva.
Las que ya hemos pasado por una tusa difícil, complicada y que nos pone los pelos de punta con tan solo recordarla, sabemos que este es un escenario que no queremos volver a vivir.
Sin embargo, al empezar una relación tenemos 100% de posibilidades que ésta termine, ya sea en buenos o malos términos, no sabemos qué pasará, ni en qué momento sucederá; como dice una frase por ahí: "Amar a alguien es otorgarle el poder a una persona de destruirte y sin embargo, confiar en que no lo hará".
Y pues así de la nada, llega ese momento y nos terminan, nos echan, fin de la historia, esa que nos hacía felices, lloramos y queremos escribir como locos en Redes Sociales lo que nos sucede; pero es ahí dónde podemos tomar dos caminos: Asumimos la vaina con dignidad o nos echamos al fango de la auto destrucción.
Tusa digna, recuperación segura: No significa que no nos duela, que las rutinas que se empezaron a compartir con esa persona no se extrañen o que el solo hecho de pensar que no lo encontraremos en la calle no nos llene de pavor, pero si implica que podamos asumir la realidad con las dosis de drama que una situación de estas merece, ni más, ni menos.
Es simple, si debemos llorar con amigos de confianza, hay que hacerlo, si queremos estar solos y lamentarnos, hay que hacerlo, si necesitamos dormir para intentar olvidar, hay que hacerlo. Pero al día siguiente siempre hay que ponerle la cara al mundo, enfrentar lo que pasó y sobre todo no buscar lo que no se le ha perdido a uno.
Es decir, haz lo que tengas que hacer para superarlo en tiempo récord, pero jamás cedas ante un corazón que está lastimado y herido porque éste solo te recordará los momentos que pasabas a su lado y es de ahí donde provienen las ganas de llamar, buscar, etcétera.
Nunca he buscado a un ex haya sido éste bueno o malo, por una sencilla razón: Si algo termina no es fruto de la casualidad, el pasado se quedó atrás y por eso no debe hacer parte de nuestro presente.
Uno de mis lemas de vida, criticado o no, es que no doy dos oportunidades, porque cuando alguien te lastima, debe tener la capacidad de pensar qué pasará si uno se decepciona, porque definitivamente uno no puede ir por la vida repartiendo dolor y después pedir perdón como si nada.
Todos vivimos la tusa de forma diferente, eso es claro, pero debemos recordar siempre que la vida sigue, no se detiene, que ese final oscuro y patético que estamos viendo, es solo una manera que tiene la vida para alejar aquello que no es para nosotros.
Vivir con dignidad es posible, superar la tusa también lo es, no somos tapete de nadie, no nos morimos de amor, nadie es indispensable. Las rupturas amorosas son como un duelo, hay etapas y debemos vivirlas a la altura.
Reconocer que nos lastimaron no es pecado, lo que si debería ser considerado prohibido es darle el poder a alguien de destrozarnos la vida, a la final, siempre todo vuelve a la normalidad, más tarde o más temprano.
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