Hace unos dias tuve la oportunidad de ver de nuevo una de mis películas favoritas, Una Mente Brillante, protagonizada por Russel Crowe y Jennifer Connely, la cual narra la historia del gran matemático y ganador del Nobel John Forbes Nash, dueño de una extraordinaria inteligencia, quien crea una realidad alterna, y empieza a vivir en un mundo que es irreal y fantasioso, a pesar de que la psiquiatría empieza a tratarlo con medicamentos propios de la medicina tradicional, sólo la paciencia, el amor y el apoyo incondicional de su esposa, hacen que éste pueda al menos tratar de vivir en el universo real.
Desde muy niña, siempre me consideré amante del cine en casi todas sus versiones, y reconozco que ahora prefiero una buena película que una noche de tragos, además que una excelente producción cinematográfica es como un buen orgasmo, sabes en qué momento comienza pero jamás cuándo termina.
Aún así, no me considero crítica de cine ni conocedora absoluta del séptimo arte, pero al menos si creo tener los argumentos necesarios para identificar cuándo una película deja una huella indeleble en la vida de cada persona, esto sin duda, lo logró Una Mente Brillante, pues mezcla varios ingredientes que son esenciales al momento de analizar una buena producción: Trama, argumento, buenas actuaciones y el gran asemejo con la realidad de quien la ve, o más bien de quien la vive, porque una buena película siempre hace de la ficción una realidad.
Todo lo contenido en esta película me hizo preguntarme si en verdad la fuerza de una pasión, puede batallar con una realidad que ha dibujado la mente, y la respuesta es enfática y categórica...SI.
No hay duda alguna, que la cabeza es el motor del ser humano, reina indestronable de la inteligencia y la racionalidad, sin embargo, el amor y la fuerza del corazón son las únicas que dibujan una realidad, si bien no perfecta, al menos si hermosa dependiendo desde la perspectiva que se mire.
Y como pretendo mediante este Blog, analizar las películas modernas y antiguas de toda mi experiencia cinematográfica, confieso que la actuación de Russel Crowe es una de las mejores durante toda su vida artística, porque no sólo se apropia de la vida de John Nash, sino que lo hace en todas las etapas de su vida, logra que el público se identifique con este personaje de joven brillante a adulto mayor.
Esta película, logra que el público se cuestione si realmente la capacidad de la mente es tan poderosa, que tiene la habilidad de crear universos alternos, en los cuales se hacen presentes los ideales de surgimiento y hasta deseos inconclusos de alguna etapa de nuestra vida.
La producción, resume como la fuerza del amor puede sobrepasar realidades alternas y cómo se aprende a vivir con aquello que desconocemos, pero decidimos aceptarlo sin que le demos la fuerza suficiente para que reine y mande en todas las facetas de nuestra vida.
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