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Mostrando entradas de julio, 2011

En cunas no se forman relaciones

Creo que no existe mujer a la que no le hayan dicho esta frase: "En el amor, la edad es lo de menos". Y de una u otra forma, todas hemos caído en este conjunto de palabras, pero el error garrafal es olvidarnos que no todos los vocablos significan lo mismo, es decir, todo depende de cada situación. No pretendo generalizar, ni dañar los sueños de nadie, pero hay un hecho que pocos pueden negar, y es que la mayoría de mujeres maduran mucho más rápido que los hombres. Este dato indica, que si por ejemplo, la mujer tiene 26 años y el hombre 21, ella pensará en una especie de estabilidad emocional, en una diversión más tranquila y en cómo lograr que su relación funcione para el futuro. Entre tanto, el hombre de esa edad seguirá anhelando que llegue el viernes para emborracharse, conocer a una mujer con quien pueda 'desahogarse', esa que no le pone límite a nada y que si lo ve pasado de tragos, se encarga de darle más. A la final, cuando se tiene veinte años, la vida se ve

Tusas ácidas

Cuando se enfrenta una terminada o un simple 'gracias por todo', muchas cosas se vienen a la mente, infinidad de sentimientos y recuerdos, e incluso se vive una especie de shock en el que no se puede siquiera identificar qué tan bajo podremos llegar a caer. Alguien decía que entre el dolor por una decepción amorosa y el ridículo, hay una frontera demasiado delgada, la cual se cruza con una facilidad infinita, y es necesario reconocer que generalmente las mujeres pasamos por ésta muchas más veces que los hombres. No se trata de que ellos no sientan, simplemente el carácter depresivo y exagerado, que acompaña al sexo femenino le otorga un color más oscuro del que ya por sí tiene. Muchas mujeres, entre las que me incluyo, más de una vez le hemos llorado al tipo en cuestión, e incluso en el peor de los casos, pensamos que la mejor opción es preguntar constantemente si nos aman, cuándo es evidente que hace mucho nos dejaron de amar, o en el peor de los casos nunca lo hicieron. Y no

Regreso a la noche escrita

Para todos los que me conocen en el mundo digital, saben de sobra que de los tres blogs en los que escribo, ´La Noche de las Letras´ es mi hijo más consentido, porque éste me ha permitido expresar mi ira en momentos de 'empute' crónico, aquellos instantes donde el género masculino me ha sacado más de una cana, pero especialmente, cuando quise contarle a mis blogueros lectores el dolor que me causó la muerte de mi mejor amiga. Sin embargo, tuve dos meses de ausencia, motivo por el cual me disculpo de antemano, y reconozco que una preocupante y hasta patética crisis emocional (tusa), en la que quise esconderme del planeta entero, me alejó de lo único que me gusta hacer en la vida: Escribir. Pero hoy decidí volver con toda la fuerza del mundo, recordándome a mi misma cada día que de amor nadie se muere. Eso si debo admitir que quizás los posts que vengan estén basados en una especie de superación realista y no excesivamente optimista, en la que espero algunas mujeres entiendan que