Esta podría ser la historia suya, mía, de su amiga, compañera o hasta enemiga. Imagine que de un momento a otro, usted se siente demasiado atraída por alguien, parece ser el hombre ideal. Pero de pronto éste le afirma que tiene novia y está bastante bien comprometido. Por supuesto, la reacción socialmente correcta es decir: "Hasta aquí llegué yo", pero hay que reconocer que las hormonas no tienen raciocinio, los deseos no se controlan con poderes mentales y si por alguna extraña y equívoca razón usted ya le metió su corazón, entonces el panorama no es negro sino bien oscuro. A esto por favor súmele que no importa los intentos que usted haga para no sentir nada, porque el solo tenerlo cerca hace que no solo le tiemblen las piernas, sino también que la piel se ponga peor que la de una gallina. Los instantes compartidos se convierten en grandes momentos, ansías infinitas de decirle que para uno es más que un hombre del montón, y el límite de la cursilería llega cuando...
"Amor, sexo, cotidianidad, relaciones, hombres y mujeres son el epicentro de cualquier mundo, un universo que en su interior requiere de una mirada distinta a eso que llamamos emociones, y una visión alternativa a las palabras que quieren salir pero el miedo las limita"